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El presidente de la Oficina Nacional de Caza pide por carta la derogación de las leyes animalistas.,

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En estos días en las tertulias de cazadores y amantes de este deporte, no se comenta otra cosa, el presidente de la Oficina Nacional de #Caza, pide por carta la derogación de las leyes animalistas al próximo presidente del gobierno.

Don Felipe Vegue Contraras, ha escrito una carta abierta al próximo presiente del gobierno en la cual pide reconocimiento, respeto y derogación de las leyes animalistas.

En esta carta hace ver que, durante la pandemia, se ha demostrado que el colectivo de cazadores es esencial y necesaria.

 

Consecuencias de si los cazadores no existieran

Si no existieran los cazadores y los rehaleros el próximo ejecutivo tendría que sacar una oposición urgente para el “Cuerpo Especializad de Cazadores del Estado” , además de una «Unidad Canina Rehalera» que sustituyera a los aficionados que con sus medios, su esfuerzo y su ilusión realizan una tarea imprescindible y beneficiosa para toda la sociedad española: cazar casi 600.000 jabalíes, ciervos y corzos y varios millones de conejos que de otra forma asolarían como una plaga bíblica los cultivos de nuestros agricultores. Sin hablar del problema de seguridad en el tráfico, la sanidad animal (control de la tuberculosis, por ejemplo) y los accidentes en carretera que la ausencia de control de estas poblaciones de animales generaría para los conductores. E incluso de la propia seguridad ciudadana (como el mediático y reciente ataque de un jabalí en la playa de Alicante).

La ausencia de caza es, además, un problema para la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas, como ha demostrado el reciente «experimento» de la prohibición de la caza en algunos Parques Nacionales, donde ha tenido que retomarse con carácter urgente y siendo sufragada por la Administración General del Estado.

Todos estos proyectos normativos han recibido una amplia contestación y acción social en forma de protestas con un número nunca visto de manifestantes en diferentes ciudades de la geografía española. También han generado un enorme malestar y alarma social. Es el caso de la mal llamada Ley de «Bienestar Animal» y de la modificación del delito de maltrato animal.